HIPOXIFILIA
Pero no tenemos por qué comenzar hablando de lo que amamos. En definitiva acá, estos caballeros que me acompañan y yo, entendemos mucho mejor lo que no queremos, y no tenemos destino.
Empezaremos diciendo que tenemos en el cuerpo mil corales, somos frágiles al tacto y evasivos de la gravedad.
Somos personas de no tener piel, lo que a vista de los ingenuos es terrible, cómo puede uno ser sin piel y no huir del sufrimiento.
Pero no nos cubre esa maqueta de dulzuras y proporciones,
sabemos a lo que bebemos,
bebemos según comemos
y comemos lo que sabe fuerte.
Sabemos fuerte.
Nada hay que nos entristezca más que el equilibrio.
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