El tiempo de las tormentas

La tormenta de finales de noviembre nos hundió el pozo ciego, que ya tenía más de 20 años y que mirábamos de reojo cada tanto, preguntándonos cuánto más iba a  aguantar. 

Cacho dijo que comprando los materiales y consiguiendo que Juan deje una semana de jugar a la pelota lo iba a componer, pero que había que tener unos tres mil pesos de entrada. Y como yo cobro aguinaldo, pensé que para enero la cosa ya iba a estar marchando. Mientras tanto, las necesidades, al baldío.